Tras estos últimos meses en lo que hemos viajado por la geografía española y por el sur de Francia, nos apetecía encontrar un bonito espacio donde descansar y planificar nuestros próximos viajes.
El lugar escogido debía tener los requisitos de ser un alojamiento grande, acogedor, tranquilo y cómodo. Estar rodeado de naturaleza, con fácil acceso a carreteras y caminos donde salir a pasear o en bicicleta, y muy cerca de lugares con patrimonio cultural y buena gastronomía. Y aquí, en Mas Guillamet, hemos encontrado esto y mucho más.
La casa.
Mas Guillamet es una casa rural situada en el Ripollés, una comarca que además de gastronomía propia, ofrece un importante patrimonio cultural. La casa está ubicada concretamente en las afueras del municipio de Sant Joan de les Abadesses.
A este impresionante alojamiento se accede por un pequeño camino rural desde la carretera GI-521 que une esta localidad con Olot, justo antes de llegar al Coll de Santigosa.
Es una vivienda turística ideal para encuentros en familia que desean disfrutar de la tranquilidad que ofrece las comodidades de cualquier hogar. Además, se pueden realizar desde aquí rutas de senderismo sencillas y aptas para todas las edades.
También es un espacio espléndido para exclusivas reuniones de empresa, eventos, teams buildings o presentaciones de producto, entre muchos otros.
Y es el lugar idóneo para realizar stages deportivos de equipos ciclistas.
La facilidad de acceso a la Vía Verde de Girona y a la Pirinexus, junto con las inmejorables carreteras secundarias de toda la comarca, así como la cercanía a localidades como Olot, Ripoll, Girona o al mítico puerto de Vallter 2000 situado en la estación de esquí del mismo nombre, harán el deleite de todo ciclista, y con itinerarios para todos los niveles. Desde aficionados hasta profesionales.
Y por último, y no menos importante, es un lugar fantástico para realizar retiros de yoga y baños de bosque, ya que Mas Guillamet, dispone de unas cien hectáreas de jardín, prados y frondosos bosques pirenaicos, donde reina la calma absoluta.
Historia de Mas Guillamet.
Poco se sabe de esta masía del siglo XIV. Su primeras referencias son del 1397 aunque no es hasta 1450 que aparece documentada con el nombre de Mas Guillamet.
Esta casa rural situada en el Ripollés, se alza imponente en medio de un claro en la montaña quedando rodeada por sierras y pastos.
Sus actuales propietarios se enamoraron de ella nada más verla y cuando la visitéis, lo entenderéis.La reformaron para hacer de ella su hogar y compartirla con todo aquel apasionado por la naturaleza ya que cuando estás instalado, te sientes como en casa y los largos paseos por los senderos de los alrededores o salidas en bicicleta por la Vía Verde cercana, se convertirán en tu día a día.
Cabe destacar, que además de tener un exclusivo diseño, la casa ha sido decorada con un gusto exquisito.
Qué ofrece Mas Guillamet.
Mas Guillamet es una casa rural que os va a cautivar desde vuestra llegada. Una casa con una fuerte personalidad y a la que no le falta detalle alguno.
La planta baja está compuesta por una planta diáfana en la que encontramos el salón, el comedor y la cocina integradas, cada zona con su carácter y separados elegantemente por unos sutiles tabiques. También encontramos la terraza con unas vistas impresionantes y una sala de juegos con mesa de billar y ping-pong.
La pared de piedra natural le da mucha calidez a toda la planta baja, y junto con la gran chimenea abierta al salón y al comedor, y unos grandes ventanales, llenan la estancia de una luz natural fantástica.
Igualmente, la orientación de la vivienda, totalmente a sur, y el sistema de ventanas que se instaló, mantienen la temperatura ambiente, favoreciendo el ahorro energético.
En las plantas superiores, encontramos cinco habitaciones dobles con una cuidada decoración, con luz natural y con las vistas a la altura de las copas de los árboles que nos rodean. Además, dispone de un baño completo por planta y otro en la habitación tipo suite. En total un espacio para diez personas.
Detalles que llaman la atención:
La cocina está abierta al salón y al comedor, equipada con una isla con placa de inducción que invita a cocinar juntos, mientras tomamos un tentempié en la preciosa barra de madera con taburetes.
Enfrente de la cocina, que está totalmente equipada, encontramos un precioso rincón de lectura, que también acompaña mientras se esté cocinando o invita a tomar un momento de relax a solas.
Visitas turísticas desde Mas Guillamet
Qué ver en Sant Joan de les Abadesses.
Sant Joan de las Abadesses es un municipio de la provincia de Girona, situada en la comarca del Ripollés, entre los municipios de Camprodón y Ripoll, en la confluencia del río Ter y la riera de Arçamala.
Pont Vell.
Construido entre los años 1128 y 1138, el Puente Viejo conectaba la villa de Sant Joan de les Abadesses con el camino de Francia. Destruido por culpa del terremoto de 1428 y la guerra civil (1936-39), se reparó en varias ocasiones hasta llegar a la forma arquitectónica actual.
El Monasterio de Sant Joan de les Abadesses.
Fundado en el año 887 por el conde Wilfredo el Velloso, el monasterio de Sant Joan acogió a una comunidad benedictina encabezada por su hija Emma, la primera abadesa, hasta el año 1017, momento en que Bernat Tallaferro las expulsó supuestamente por una relajación de la moral.
Palacio de la Abadia.
Junto con el claustro y la iglesia, el Palacio de la Abadía es una de las partes que se han conservado del monasterio de Sant Joan de les Abadesses, destinado a residencia de los abades y a las cuestiones más administrativas.
Plaza Mayor.
A partir del siglo XII, la villa de Sant Joan empieza a formarse como núcleo de población y, por concesión de Pedro I, el mercado se celebra en la Plaza Mayor, que se construye con porches para acoger diferentes productos, entre los que destacan los paños de lana.
Murallas.
Una muralla rodeaba la villa antigua de Sant Joan de les Abadesses con 24 torres, 6 portales y con casas adosadas, de la que formaba parte el monasterio. Actualmente, se conserva un fragmento cerca de la fuente de Roca.
Qué ver en Ripoll
La villa de Ripoll tiene unos orígenes estrechamente vinculados con el Conde Guifré el Pelós, quien según una leyenda creó la bandera, y el monasterio benedictino de Santa María, con un importante peso en la historia de Cataluña, por su poder político, religioso, económico y cultural.
Monasterio de Ripoll.
La primera Iglesia fue fundada por el Conde Guifré el Pelós en el año 879, y llegó a su máximo esplendor en manos del Abad Oliba. En su interior se conserva el elemento románico más importante, la portada del siglo XII, conocida con el nombre de Biblia de Piedra; las tumbas del Conde Guifré el Pelós y de Ramon Berenguer III, entre otras. En el altar, la imagen de la Virgen maría realizada en mosaico, y, en la capilla de San Joaquim, San Eudald, patrono de Ripoll. El claustro de doble planta se halla situado en la parte sur de la iglesia.
Museo etnográfico.
Es el primer museo de etnografía de Cataluña. Inaugurado en 1929, conserva un numeroso e interesante fondo de patrimonio material e inmaterial, del que destacan las colecciones relacionadas con los pastores, los campesinos, la religiosidad popular, el hierro forjado, la fragua catalana y las armas de fuego portátiles ripollesas.
La Farga Palau.
La Farga Palau de Ripoll es uno de los últimos ejemplos de una industria histórica, la Farga Catalana.
Esta tuvo un papel muy importante en el desarrollo industrial para la obtención del hierro durante los siglos XVII y XVIII. Los productos más importantes producidos en la Farga eran las armas de fuego, los clavos y las rejas.
«Tener o no un final feliz depende de dónde decidas detener la historia»
Orson Welles.
Y nosotros estamos seguros de que cuando estés en Mas Guillamet, vas a querer detener el tiempo, y de esta manera, no tener que marcharte.