La ruta de Carcasona y el Aude en Bikepacking.
Carcasona y la región del Aude en bikepacking es una ruta circular que transcurre por Occitania a través de la región del Aude en el sureste de Francia. Este recorrido ofrece una inolvidable experiencia cultural y gastronómica de la zona.
La región es conocida por su patrimonio histórico, que incluye castillos cátaros, ciudades de gran riqueza histórica como Carcasona y Narbona y también es famosa por sus importantes viñedos y uno de sus platos típicos, el cassoulet.
Datos de interés:
Esta ruta a través de la región de la Occitania, concretamente el Aude, empieza y termina en Peyrestortes, a pocos kilómetros de Perpiñán. Nosotros la hemos realizado en 4 etapas ya que queríamos visitar Carcasona y Narbona, pero también, y según vuestra forma física y planificación, se podría realizar en 3 etapas. La ruta es apta para bicicletas tanto de montaña como gravel, siendo esta última la ideal, ya que transcurre por carreteras a excepción de las dos últimas etapas, que combinan pistas y carretera.
Historia de la Occitania y la Región del Aude.
Occitania es una región histórica y cultural ubicada en el sur de Francia. Se extiende desde la costa mediterránea hasta los Pirineos, e incluye áreas como el Languedoc, el Gascuña y el País Vasco francés. La región del Aude es parte de Occitania y se encuentra en el departamento francés del mismo nombre, en la región de Occitania.
El Aude es conocido por su rica historia, sus pintorescos paisajes que incluyen viñedos y campos de lavanda, así como por su patrimonio cultural. La ciudad principal del departamento es Carcasona, famosa por su impresionante ciudadela medieval, que es un sitio del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Además de Carcasona, el Aude tiene muchos otros lugares de interés, como castillos cátaros, abadías antiguas, pueblos encantadores y parques naturales. La región también es conocida por su gastronomía que incluye platos tradicionales como el cassoulet.
Los viñedos de la región del Aude son parte integral de la rica tradición vitivinícola del sur de Francia. El departamento del Aude, ubicado en la región de Occitania, es conocido por sus extensos viñedos que producen una amplia variedad de vinos de alta calidad.
La región del Aude se beneficia de un clima mediterráneo favorable para el cultivo de la vid, con inviernos suaves y veranos calurosos y secos. Los suelos variados, que van desde arcillosos hasta calcáreos, también contribuyen a la diversidad de los vinos producidos en la región.
Entre las denominaciones de vino más conocidas en el Aude se encuentra la AOC (Appellation d’Origine Contrôlée) Minervois, que produce vinos tintos robustos y aromáticos a partir de uvas como la Syrah, la Grenache y la Carignan. Otras denominaciones notables incluyen Corbières, Fitou y Limoux, esta última famosa por sus vinos espumosos, incluido el Blanquette de Limoux, considerado uno de los primeros vinos espumosos del mundo.
Los viñedos del Aude no solo ofrecen excelentes vinos, sino que también brindan paisajes impresionantes para que los visitantes disfruten mientras recorren las rutas del vino y exploran las bodegas locales. Muchas bodegas ofrecen degustaciones de vinos y visitas guiadas, lo que permite a los visitantes sumergirse en la cultura vinícola de la región mientras disfrutan de su belleza natural.
En resumen, Occitania y la región del Aude ofrecen una combinación única de historia, cultura, naturaleza y gastronomía que atrae a visitantes de todo el mundo.
Las etapas:
Etapa 1: Peyrestortes – Rennes-Les-Bains.
La ruta la iniciamos en Peyrestortes, dejando el coche en el parking municipal de este pequeño pueblo a escasos kilómetros de Perpiñán. Una zona residencial muy tranquila, justo en la entrada de esta localidad, y en la que a pocos metros encontraréis una panadería con cafetería llamada Les pains de Jumy con productos deliciosos, a tener en cuenta a la salida o la llegada.
Unos metros después de recorrer la carretera que sale del mismo municipio ya encontramos un carril bici paralelo a la carretera.
En Francia es muy frecuente encontrar carriles bici y una extensa red ciclista segregada de las carreteras, en cualquier municipio o ciudad, además de una muy buena señalización tanto para los ciclistas como para el resto de vehículos a motor, y la ruta que estás siguiendo ya sea “veloroute” o “euroveló”, kilómetros hasta el siguiente municipio y si hay variantes disponibles.
Siguiendo las indicaciones, entramos en una carretera secundaria a través de viñedos y en la que a los pocos kilómetros ya empieza un festival de bodegas de la región ofreciendo sus vinos y catas.
Cabe decir que la primera etapa es la más dura ya que debemos salvar varios collados hasta llegar a Rennes-les-bains.
Estagel y Maury son los primeros pueblos a cada cual con más encanto y en los que ya empezamos a apreciar algún castillo cátaro y su particular arquitectura en el municipio. También el primer collado, que no nos dejará indiferentes, desde Maury a Lesquerde para llegar con una impresionante bajada a Saint Paul de Fenouillet.
El itinerario sigue muy bien indicado y nos dirigiremos hacia las Gorgas de Galamús. El premio a seguir subiendo es llegar a la ermita de Saint-Antoine de Galamús, para adentrarnos a través de una carretera cada vez más estrecha y también solitaria, aunque eso sí, hay que estar alerta ya que solo pasa un coche y es bidireccional, a las Gorgas de Galamús.
Y así, llegamos hasta el collado de Linás para empezar el descenso hasta nuestro final de etapa, Rennes-Les-Bains. Sin duda, esta etapa nos caló hondo.
Situado en el Alto Valle del Aude, en el agradable marco del Valle de Sals, a 310 m de altitud, 200 habitantes, a 50 kilómetros de Carcasona y a 25 kilómetros de Limoux, Rennes Les Bains es verdaderamente la puerta de entrada a las Corbières.
A medio camino entre el Mediterráneo y los Pirineos, en el corazón del país cátaro, enclavada entre el monte Cardou (796 m) y el famoso Pic de Bugarach (1231 m), primeras estribaciones de los Pirineos, Rennes-les-Bains es una Estación Termal, Climática y Turística y una Estación Verde.
Gracias a su entorno, sus aguas termales, su río salado y la cálida acogida de sus habitantes, disfrutará de una estancia en Rennes-les-Bains cuyas ventajas sabrá apreciar. Su clima suave y estable, sus fuentes frías y calientes, conocidas desde hace tiempo por sus virtudes terapéuticas, su patrimonio, testimonio de una importante colonización en la época galo-romana, hacen de esta estación un lugar privilegiado para unas vacaciones tónicas, familiares y relajantes. También es el punto de partida de un circuito de sitios que visitar:
El castillo de Arques, la abadía de Alet les Bains, Rennes le Château, lleno de misterio con el fabuloso tesoro del abate Saunière, y los castillos cátaros (Montségur, Peyrepertuse, Quéribus, Puylaurens, Lastours, Puivert), sin olvidar la famosa Cité de Carcassonne.
Fuente: limouxin-tourisme.com.
Etapa 2: Rennes-Les-Bains – Carcasona.
Rennes-Les-Bains es un pequeño municipio, con una gran importancia por sus aguas termales y por ello ofrece una gran oferta hotelera, casas de huéspedes y un camping, ya que además de la oferta termal, se encuentra en plena ruta de los castillos cátaros.
Salimos temprano y volvemos a seguir la veloroute V81 está vez en dirección a Carcasona. Empezamos con una larga bajada hasta el siguiente municipio y lo cruzamos por una urbanización dejándolo atrás, eso sí, con un fuerte repechón que para empezar la mañana no está nada mal.
Pasamos por aldeas muy pequeñas a través de carreteras con el único tráfico de los lugareños, hasta llegar a Limoux. Una ciudad preciosa, con mucha vida y un gran patrimonio histórico, donde paramos a tomar un café antes de seguir.
Respaldada por colinas y laderas, que prefiguran las Corbières al este y los Pirineos hasta el sur, Limoux ya está habitado en la época romana. La ciudad se está desarrollando en el siglo XI antes de sufrir las consecuencias de la cruzada contra los albigenses la (supresión de la herejía cátara), y para ser devastado por el Príncipe Negro durante la Guerra de los Cien Años en el siglo XIV.
Fuente: france-voyage.com.
Desde Limoux ya empezamos a seguir los letreros de la Euroveló 6 dirección Carcasona, y pocos kilómetros después, llegamos a la Cité.
Como ya hemos estado varias veces, no nos detuvimos mucho tiempo más que para comer algo, tomar unas fotografías y dirigirnos al centro de Carcasona, donde teníamos reservada una fantástica habitación en el Hotel Astoria.
Leyenda de la Dama Carcas de Carcasona.
La leyenda de la Dama Carcas es una historia popular que tiene sus raíces en Carcasona, ciudad del sur de Francia famosa por su bien conservada ciudad medieval.
La leyenda habla de una misteriosa dama llamada Carcas, que habría desempeñado un papel crucial en la defensa de la ciudad.
Según la leyenda, en el siglo VIII, Carcasona estaba sitiada por los sarracenos y la situación de la ciudad era cada vez más desesperada. La población estaba a punto de rendirse cuando Dame Carcas, una joven viuda, lideró la resistencia. Supuestamente, reunió a los habitantes que quedaban y las escasas provisiones de la ciudad para crear la ilusión de una gran fuerza militar.
Para engañar a los sitiadores, Carcas arrojó un último cerdo gordo por encima de las murallas. Los sarracenos, al ver la aparente riqueza de la ciudad, pensaron que Carcasona seguía bien abastecida y decidieron levantar el asedio.
Fue entonces cuando, según la leyenda, la Dama Carcas hizo sonar la campana de la ciudad, anunciando su victoria. Según la leyenda, un soldado gritó entonces «¡Carcas sonne!» (en francés, «Carcas sonne» también puede entenderse como «Carcasona»). La ciudad adoptó así el nombre de Carcasona en honor de la Dama Carcas.
Fuente: www.loccitane-carcassonne.com.
Etapa 3: Carcasona – Narbona.
Después de un copioso desayuno para hacer frente a la etapa de hoy, que aunque fácil por su poco desnivel, es algo larga y monótona, salimos del hotel Astoria y justo enfrente tenemos el inicio de la ruta: El Canal de Midi.
La jornada transcurre paralela al Canal del Midi, ya que forma parte de esta famosa ruta y más tarde enlazaremos con el Canal de la Robine, a través de una pista en bastante buen estado, algún tramo más “roto” pero en todo momento ciclable. También es cierto que lo están arreglando y deseamos que algún día, más pronto que tarde, vuelva a tener el esplendor que tuvo en su día, con un montón de esclusas ofreciendo servicios y una fantástica pista a la sombra de unos grandes plataneros.
Algunos de estos tramos, se pueden salvar a través de una carretera paralela al canal, bien asfaltada y con escaso tráfico.
Conoceremos Trebés, Marseillette y Homps, este último es un buen lugar para parar y tomar un tentempié. Hay un pequeño colmado al lado del canal, en el que además de pan fresco, hacen café para llevar.
La ruta, como siempre, está bien indicada con los letreros del Canal des deux mers, anunciando la siguiente población y dirección, además de la Euroveló 6, por lo que si en algún momento tenemos dudas o perdemos los tracks que llevamos, siempre va bien seguir las indicaciones que vamos encontrando.
Así como el primer tramo de la ruta ha sido más solitario y apartado de las poblaciones, a partir de Homps, empezamos a cruzarlas cosa que facilita la etapa por si queremos para a hacer alguna visita o reponer bidones.
Al poco de salir de Le Somail, encontramos un precioso puente de piedra, con una esclusa convertida en restaurante-bar, y allí mismo nuestra ruta de hoy da un giro para cambiar el Canal de Midi por el Canal de la Robine, hasta Narbona.
La misma Euroveló 6 nos deja a las puertas del hotel elegido esta vez, delante de la estación de tren de Narbona, y a 10 minutos a pie del centro, donde después del check-in y una buena ducha, no fuimos a callejear y conocer la ciudad, para terminar la jornada con una copa de vino de la región y una fantástica tabla de quesos en la taberna Macar, en el corazón de Narbona.
La Narbona romana
Todos los caminos llevan a… ¡Narbona!
Narbo Martius, Fue fundada en el año 118 a. C. convirtiéndose en la primera colonia romana fuera de Italia. Era la ciudad más importante después de Roma. De esta época quedan excepcionales vestigios romanos que no puede dejar de ver o visitar durante su estancia en la Côte du Midi.
La Narbona medieval
La Edad Media fue el periodo más espléndido y significativo de la historia de Narbona. Se puede descubrir el Bourg a pie, de manera fácil y agradable a través de las callejuelas medievales, entrar en la Basílica Saint-Paul, y luego dirigirse al barrio de Cité, donde es imprescindible visitar el Palacio-Museo de los arzobispos y la Catedral de Saint-Just et Saint-Pasteur.
La Narbona moderna
Según el rey Luis XIII, Narbona «jugó un papel clave en la defensa de nuestro país de Languedoc» ya que fue, hasta el Tratado de los Pirineos (1659), la primera ciudad francesa que se enfrentó al poder de los reyes católicos de España, cuya frontera estaba situada en la región de Corbières. Durante varios decenios, la ciudad fue constantemente fortificada y, junto con Bayona, se convirtió en la fortaleza francesa más importante del sur.
Fue un periodo crítico de la historia de la ciudad. Su esplendor quedó en el olvido: estancamiento económico, pérdida de influencia política, escaso desarrollo urbanístico, salvo el entorno del canal (muelles, puente, paseos) y la creación de esclusas. En la época de la Revolución, Narbona solo contaba con unos diez mil habitantes. También perdió la sede arzobispal y ni siquiera fue designada capital del nuevo departamento de Aude.
Pasó de una posición regia a una segunda posición departamental, ¡Narbona, sin duda, conoció períodos fuertes y contradictorios.
La Narbona contemporánea
Narbona vivió una «edad de oro del vino» a partir de la década de 1820, favorecida muy particularmente por la construcción de la estación de ferrocarril en 1856. Al mismo tiempo, la ciudad derribó las murallas entre 1868 y 1882, lo que provocó la desaparición casi total del patrimonio militar de los siglos XVI y XVII.
Fuente: www.france-voyage.com
Etapa 4: Narbona – Peyrestortes.
Salimos de Narbona después de callejear con nuestras bicicletas y dar el último vistazo al Ayuntamiento, el Palacio de los Arzobispos, la Via Domitia, el puente de los mercaderes y el mercado municipal Les Halles. Sin duda alguna, una ciudad que te atrapa con su historia.
El Canal de la Robine vuelve a ser el protagonista para despedirnos de la ciudad y llegar a la costa mediterránea para descender hasta Le Bacarés, un paisaje totalmente distinto al de estos días atrás.
Una vez que dejamos la ciudad atrás, entramos en una pista ciclable que cruza entre los estanques de L’Ayrolle y de Bages-Sigean, la Isla de Santa Lucia y llegamos a Port-la-Nouvelle.
En este punto retomamos los letreros de la Euroveló y seguimos las indicaciones hasta Leucate, población famosa por sus “guinguetas” abarrotadas de turistas para tomar sus famosas ostras y demás mariscos. Sin duda, desde que dejamos Narbona, el paisaje ha dado un cambio significativo, siendo ahora muy marítimo.
Nosotros seguimos adelante y llegamos a Le Bacarés. Este municipio también es muy conocido ya que en diciembre organizan una feria navideña, siendo un clásico para las familias con niños pequeños. Aprovechamos para realizar una parada en el paseo marítimo y comer algo ya que esta etapa como la anterior, no es difícil pero sí larga.
Dejando atrás este turístico municipio, entramos en una espectacular pista asfaltada, la Vía Verde de l’Agly, que nos lleva hasta Rivesaltes devolviéndonos a los campos y paisajes agrícolas, dejando el mar atrás, y desde aquí a escasos 5 kilómetros, llegamos a Peyrestortes por un fantástico carril bici.
Como conclusión podemos decir que ha sido una ruta que no te deja indiferente debido a sus grandes contrastes. Cada etapa te atrapa por la diversidad de paisajes, carreteras y pistas, la soledad y la multitud, mar y montaña, riqueza histórica y vinícola, y sobre todo por poder realizarla en todo momento de manera segura y excelentemente indicada.
Alojamientos:
Rennes-Les-Bains.
Para la primera etapa reservamos una habitación en una casa de huéspedes fantástica. Au coeur de Rennes. Además de una habitación amplia y con baño propio, y en media pensión. También disponen de un lugar anexo a la casa para guardar las bicicletas.
La cena resultó espectacular, un vino blanco espumoso de la zona de bienvenida con un aperitivo, un primero, un segundo, tabla de quesos y postre. Todo ello en compañía de un matrimonio canadiense con mucha experiencia en cicloturismo que como nosotros, se alojaba en la casa y una anfitriona de lujo.
El desayuno también ¡espectacular! ¡Sin duda, volveremos!
Muchas gracias Laurence por hacernos sentir en tu casa, como si fuera la nuestra.
Carcasona.
En esta ocasión reservamos una habitación en el Hotel Astoria. Se encuentra a 5 minutos a pie de la estación de tren, del casco antiguo y del Canal del Midi.
Las habitaciones son funcionales con baño privado, muy cómodas. También reservamos el desayuno continental, tipo buffet libre, muy completo y todo buenísimo, a partir de las 6:30h de la mañana.
Disponen de un garaje para guardar las bicicletas.
Para cenar, nos acercamos al centro de la ciudad y en la misma Plaza Mayor, encontramos un restaurante fantástico Ô Trois Cinq Sept en el que comimos unos poke bowls muy completos y deliciosos, a destacar los postres caseros.
Narbona.
En Narbona, reservamos la habitación en un hotel enfrente de la estación de tren llamado Hotel L’Alsace Gare sncf, sencillo, funcional y con una habitación muy amplia con baño privado. También disponen de un trastero donde te guardan las bicicletas. Se puede degustar un fantástico desayuno continental desde las 7:30h de la mañana.
Se encuentra a 10 minutos del casco antiguo caminado, en la misma esquina hay un supermercado y varios restaurantes.
Para cenar, como os hemos comentado, fuimos al centro de Narbona al Restaurante Macar.